Con el alma acongojada por un hondo sentimiento, las tristes notas al viento voy de mi lira a lanzar; para venerar la gloria del jefe noble y sincero de Saravia, el gran guerrero, el caudillo popular.
Como argentino deploro la muerte de ese patricio, del malogrado Aparicio, como el pueblo le llamó; del jefe que con denuendo en aguerridas acciones, al frente de sus leones como un héroe se portó.
Su nombre vivirá siempre en el libro de la historia y su inmarchitable gloria tendrá recuerdo eternal; y en el corazón del pueblo, que su valor ha admirado, será siempre recordado el gran patriota oriental.