Pebeta graciosa que gastás melena que la vas con cenas en el Tabarís, que paseas en auto luciendo orgullosa la hechura pintosa de tu petit-gris. Que sos la garufa en los jarandones y en regios salones bailando triunfás y entre el sabalaje de viejos con guita sos la milonguita que nunca fallás.
Muñequita... que paseas envuelta en seda ojalá nunca pueda ver a tus ojos llorar. Mujercita... que en tu loco aturdimiento vas perdiendo el sentimiento sin quererlo remediar.
Vendiendo caricias pasás por la vida un poco aburrida y un poco feliz, llevando en tus labios tu risa graciosa y un poco orgullosa de tu petit-gris. Te miro, pebeta, cubierta de alhajas ¡qué rápido bajas hacia el lodazal! Tejiendo caprichos con tu fantasía y olvidando el día del Juicio Final.