Bañada por soles, negra cabellera rociada por la espuma el rio Magdalena con el viento fuerte envuelta en la brisa ansiosa y sedienta va por la ribera.
Simbra, simbra tu cintura, olvidate ya tus penas, piensa que eres cosa buena de tu vida, costeñera.
Conversando a solas con su río amigo cuando más lo enluta una pena negra tratas de explicarle de tus amoríos y en su nido llanto le ruega que vuelvas. Se olvida las penas en el rancherío se oyen los tambores, ritmo al rojo vivo y en rueda formada con el griterío ansiosos te llaman que vayas con ellos
Simbra, simbra tu cintura, olvidate ya tus penas, piensa que eres cosa buena de tu vida, costeñera.