Vi el cielo abierto y de su seno descendió un guerrero en su blanco corcel. Sus ojos, como fuego, coronado de justicia y su nombre era Verbo de Dios. Vino venciendo y para vencer; grande es su fuerza y valor.
Vi pasar su ejército y el ansia me embargó: Preparaban la guerra final. Sus Ángeles cantaban por su Rey y por su Dios. La victoria será del León La redención del pecado de Adán el cielo tendrá que pagar.
"Ven y mira que el Padre ha colmado de gracia, piedad y valor a un ejército de Ángeles que poderosos esperan luchar por vencer, devolver a su pueblo la Fe, esperanza de ver a sus hijos crecer. ¿Quién de todos los reyes podrá igualar el poder de tu Dios?"
Vi que del vientre del mar un Dragón resurgió y el terror se hizo dueño de mí. Siete cabezas diez cuernos, Basfemia por nombre y toda autoridad. Vi a otra Bestia nacer de la tierra y hablar como habla quién odia a su dios. Vi al Dragón y a la Bestia unir sus coronas: La guerra se acerca, el final.
La Bestia es quién tiene el Poder; sus siervos: los vivos y muertos que luchan por ella. Reyes de todas naciones que adoran al Mal, hacen la guerra a los santos, y ante ellos están.
El Jinete habló: "Regaremos con la sangre de tu ejército la Tierra de mi Padre. Yo daré a mis fieras la carroña de tus fieles que van a morir!!!"
La Bestia contestó: "Yo no temo tus palabras pues el Hombre a elegido y me ha elegido a mí; Yo les doy lo que desean y me adoran. Están hechos de maldad."
La guerra comienza, las espadas rugirán. Entre gritos desgarrados al encuentro del rival. Buscan cada uno su victoria y el momento de atacar. Saben que en el Valle del Dolor acabarán sus días con su sacrificio a su Rey coronarán. Un baño de sangre: La Batalla en Har-Magedon