Conozco el atajo que llega al secreto que nunca dirás sé de aquel sendero que llega a tus labios por cualquier lugar. Descubrí la salsa que orquestan tus pasos en el adoquín y el llanto que escondes tras esa sonrisa de casting barato. Y de qué me sirve, no sirve de nada.
Conozco el aroma que dejan tus sueños si es que puede haber sé que piensas mucho, hablas demasiado y resuelves poco sé cuando estás fría y aparentas fuegos por condescender sé que a veces mientes y yo hago maromas por no descubrirte y de qué me sirve, no sirve de nada.
Si tus celos piensan que no hay aventura que se me resista que hasta a veces quisiera parecerme al tipo que tú crees que soy para tener motivos, para vivir la vida para arrancarle un tejo de locura a esta miseria de quererte tanto y no sirva de nada.
No sirve de nada este delirio de aferrarnos a una historia que murió sin darnos cuenta no sirve de nada este castigo de buscar en lo imposible algún borrón y cuenta nueva no sirve de nada, no sirve de nada, no sirve de nada.
Conozco las dudas que te llevan siempre al mismo lugar sé que estoy pagando facturas pendientes de algo que pasó sé que te desgastas buscándole absurdos a la realidad sé que a veces dices cuando tienes ganas de no decir nada y de qué te sirve, no sirve de nada.
Hacen falta dos para hallar la ecuación de encontrar un culpable hace falta tiempo para tener ganas de desperdiciar hacen falta sueños para aferrarse a la realidad hace falta todo, que al final resulta que siempre es lo mismo y de que nos sirve, no sirve de nada.
No sirve de nada este delirio de aferrarnos a una historia que murió sin darnos cuenta no sirve de nada este castigo de buscar en lo imposible algún borrón y cuenta nueva no sirve de nada, no sirve de nada, no sirve de nada.